Todo, absolutamente todo le molesta a un sector de la sociedad, mismo que desafortunadamente, crece con rapidez.
Ese sector, todos sabemos quiénes se encuentran en él, se proclama tolerante a los temas que también todos conocemos: gustos, preferencias, filias, etcétera.
Y eso está muy bien, pues la tolerancia es resultado de respeto y el respeto, que no quepa duda, es la clave para vivir en paz.
Sin embargo, en algunos casos, en esa bandera de tolerancia se esconde una intolerancia alarmante.
La piel de aquellos cada vez es más delgadita y, por lo tanto, es frecuente que un comentario, una broma, vaya…una cosa que a todas luces resulta intrascendente, pueda causar laceraciones, no cutáneas sino emocionales. Sí, como diría Ripley… ¡Aunque usted no lo crea!
Entramos en contexto.
No es una decisión ni postura que estén confirmadas por los productores de esta emblemática serie animada y por tanto, todo puede quedar en una información imprecisa surgida en redes sociales, sin embargo, hace algunos días se dio a conocer que Apu, un personaje hindú que durante más de treinta años apareció con frecuencia en Los Simpsons, no volverá a formar parte de la serie.
Este hecho, por supuesto intrascendente por tratarse de un personaje ficticio de una serie animada, toma relevancia si se analiza la razón que lo origina.
¿Cuál es la razón?
Existe un documental nombrado “El problema con Apu”, obra del comediante Hari Kondabolu, quién, de forma sintética explica, percibe a Apu como un estereotipo negativo de su cultura.
¿Por qué?
Porque Apu habla de determinada forma, porque tiene un acento especial, porque viste y cree en determinadas cosas y, finalmente, porque en su opinión, este personaje atenta severamente a lo que en realidad, según él, es la cultura hindú.
Nada más lejano a la realidad.
Este personaje no atenta a nada y tampoco hiere a los más sensibles, al contrario, muestra a un personaje extranjero en Estados Unidos, tratando de abrirse camino en un país y cultura diferentes a su idiosincrasia, lo cual logra según se aprecia en esta famosa serie animada, obra de Matt Groening.
La razón del problema es más sencilla.
Un sector de la sociedad se ha vuelto intolerante a todo. Todo le molesta, todo le agrede, todo le parece ofensivo, todo lo percibe como una afrenta a sus creencias.
Así que, bajo la óptica de aquellos, deberá llegar el momento en que se solicite con vehemencia la cancelación de las repeticiones de Los Picapiedra, pues «es inadmisible que no usen zapatos y, por tanto, es una humillación y una terrible afrenta a sus derechos animados y humanos».
Bajo la misma óptica, aquellos pronto pedirán la cancelación de la serie animada de Spiderman pues “Es inadmisible que un hombre, mitad fotógrafo mitad arácnido, atente contra el medio ambiente con sus telarañas no biodegradables».