
Nos duele, nos entristece, nos llena de rabia, de enojo, de inseguridad.
No hay día en que los poblanos, leamos una nota periodística, que nos llene de tristeza al ver a nuestro Estado bajo las garras de la delincuencia, lastimando a nuestras familias, conocidos o amigos. Hoy me duele escribirte, pero lo tengo que hacer, es mi profesión, mi pasión, mi forma de vivir y respirar como periodista.
Puebla, sufre y llora por su gente, por aquellos héroes que quisieron evitar un asalto pero no lo lograron, por aquellas mujeres a las que un imbecil les arrebató la vida, por aquellos que defendieron a su familia y perdieron la vida, por aquellos que trabajaron duro por obtener ese teléfono celular que tanto querían y hoy la inseguridad y la impunidad, se los arrebata.
Yo como ciudadano, como periodista, estoy harto de ese combate frontal a la impunidad que presume el gobierno del Estado poblano y los medios de comunicación regidos a la agenda pública. Estoy harto de salir a la calle y ejercer mi profesión con el temor a ser víctima de un asalto, estoy harto de ver a la gente de Puebla con miedo, con angustia y con desconfianza por el estado en el que vivimos. Estoy harto de ver como los medios culpabilizan a la víctima. Estoy harto de vivir en un país lleno de censura, de muerte, de sangre. Pero sobre todo, estoy harto de vivir en un país en donde la ilegalidad y la injusticia son el pan de cada día.